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Profecía india

martes, 28 de diciembre de 2010

EL LOBO EN ANDALUCIA

Pues si, aunque nos parezca extraño no únicamente en el norte de España se puede oír el aullido del lobo ibérico, también en Andalucía podemos escucharlo. Hace unos 100 años al lobo lo podíamos encontrar en casi todas las provincias españolas Restringido al norte de España, ha ido conquistando poco a poco su área de distribución histórica. Aislada de su feudo, en la provincia de Jaen, Cordoba y Ciudad Real (Sierra Morena), existe una pequeña población. Se encuentra protegida por las leyes andaluzas y está prohibida su caza.
A pesar de está protección, el lobo en Andalucía sigue muy amenazado de extinción ya que las población que mantiene es escasa y no hay forma de que despegue y evite el camino de la extinción. La estima de la población no va más allá de, siendo optimistas, unas 10 manadas compuestas en total por no más de unos 60 lobos. Enclavados en cotos de caza mayor dependen de la gestión de éstos. Normalmente los propietarios de los cotos han consideradeo al lobo históricamente como una amenaza ya que se alimenta, entre otras presas, de ciervos, corzos o jabalíes. La persecución directa, el uso de venenos, atropellos en carreteras y un largo etcétera constituyen aún hoy un escollo a superar.

El cambio de mentalidad por parte de los propietarios y guardas de cotos, así como de ganaderos, es fundamental para conseguir aumentar la población de lobos. Los propietarios no deberían de considerarlo como una amenaza sino como un elemento más del ecosistema que cumple su función como alimentarse de animales heridos o viejos. Cuando el lobo forma parte activa del ecosistema se consigue una selección natural de sus presas. Esto ya ocurre en Zamora, concretamente en la Sierra de la Culebra, donde existe la mayor concentración de lobos de toda Europa y donde se cazan los mayores ejemplares de ciervo de toda España. En cuanto a los ganaderos, la administración andaluza ha de contar con ellos y compensar rápida y eficazmente cuanquier pérdida y dotarlos de todas las medidas preventivas posibles. Sólo gestionando el lobo, con la participación activa de todos los sectores implicados, se pueden conseguir objetivos positivos. Es un trabajo complejo pero necesario.

El lobo también es una fuente de riqueza en el turismo ecológico, que atrae a miles de personas que quieren estar en un sitio donde hay lobos y poder verlos, con mucha suerte de manera natural. El ejemplo lo encontramos también en la Sierra Culebra, donde el turismo alrededor del lobo aporta miles de euros a las poblaciones de la zona. Allí vale más un lobo vivo que muerto.

Existe un plan de recuperación del lobo por parte de la Consejería de Medio Ambiente de Andalucía con lo que se espera aumentar la poblaciones de lobo en los próximos años. Esperemos que sea así y en poco tiempo veamos al lobo con una población viable y bien establecida en Andalucía. Un animal que despierta pasiones, con defensores y detractores, y cuyo punto de encuentro existe y debemos trabajar para encontrarlo.

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